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18 de marzo de 2014

El Enésimo Arte

  Llevo desde que tengo 5 años jugando a videojuegos, sobre todo para PC. He visto evolucionar esa industria desde la perspectiva del gamer y creo que puede considerarse un arte, como puede ser la literatura, el cine o el teatro, con sus obras clásicas, sus best sellers, sus comedias...
He tenido el placer de disfrutar con grandes videojuegos que tienen aspectos visuales magníficos, una ambientación que atraparía incluso al más escéptico y guiones que tendrían en vilo al mismísimo Hitchcock.

   Pero sigue siendo una industria, y, como tal, sigue obedeciendo a las órdenes de la oferta y la demanda. Detrás de todos estos años de auge sostenido se esconde muchas veces un anquilosamiento, una apuesta por fórmulas fáciles y de consumo rápido, donde prime una calidad gráfica espectacular sobre otros aspectos como el guión o la jugabilidad. Y pienso que tuvo mucho que ver el boom de los juegos multijugador, con la optimización de la velocidad de las conexiones a internet. Estos juegos son muy divertidos, pues su jugabilidad se apoya en las acciones aleatorias que pueda llevar a cabo otra persona, en lugar de seguir un guión programado por el que tienes que pasar sí o sí.

  Sin embargo, en estos últimos años hay dos acontecimientos que, en mi opinión, suponen un gran favor hacia la calidad de los videojuegos, y en especial para aquellos que prefieren sumergirse en una historia a enfrentarse contra jugadores de todo el globo en una competición de pericia a los mandos (o al teclado). Uno de estos acontecimientos es el regreso de los grandes estudios a los modos singleplayer, ideando videojuegos con historias más profundas, cercanas a novelas gráficas o películas interactivas.

  El otro es la apuesta reciente que ha hecho la plataforma de videojuegos Steam, entre otras, a las creaciones de estudios mucho más modestos y que han creado todo un fenómeno indie con sus obras en esta industria.

  Hoy me gustaría hacer una breve reseña, (pues hay miles ya en la red) de un videojuego que me ha apasionado desde el primer momento, por su planteamiento, su originalidad, y el mérito de su único creador, Lucas Pope.

Esto es Papers, Please.





  En este videojuego, autodenominado thriller distópico, se asume el rol de un pobre diablo residente en la ficticia república soviética de Arstotzka durante la década de los 80. Arstotzka y el país vecino Kolechia han puesto fin a una guerra de seis años de duración y es hora de abrir un puesto fronterizo en la ciudad que divide ambos países, Grestin, para que los familiares puedan reunirse de nuevo y la gente pueda emigrar desde los países vecinos en busca de un futuro mejor en la “gloriosa” Arstotzka.


Papeles, papeles y más papeles


  De manera que al pelele que manejamos le toca el puesto de oficial de inmigración en la “lotería del trabajo” y, a partir de entonces, nuestro cometido en el juego es ser un funcionario administrativo, revisando los pasaportes y verificando los papeles de aquellos que solicitan la entrada al país, según las instrucciones que nos van haciendo llegar continuamente desde el ministerio.

La Lotería del Trabajo...


   Estoy seguro que, para algunos, sólo el argumento, junto con alguna que otra captura de pantalla, ha sido motivo más que suficiente para dar de lado este disparate de juego. Yo, a regañadientes y pensando que algo así no podía ser cierto, decidí darle una oportunidad. Y no me arrepiento en absoluto.


  Sí, el juego es básicamente hacer de funcionario revisando papeles todo el rato, pero tiene un trasfondo y una ambientación que atrapa bastante a quienes sienten curiosidad por aquella época. Además se dan situaciones en las que nos sorprendemos al sacar nuestro lado más tirano o “sálvese quien pueda”, teniendo en cuenta que debes mantener a la familia del pelele que manejas, (compuesta por su esposa, su hijo, su tío y su suegra) con el salario miserable por solicitante procesado que te da el gobierno, incurriendo en multas si dejas pasar a alguien que no tenga los papeles en regla o que esté buscado por las autoridades.



 
Un pobre hombre ve denegada su entrada, a saber por qué



  Es por tanto un juego moralmente complicado, como lo sería aquella época. Pero lo recomiendo encarecidamente.


Detrás de Papers, Please.

  Papers, Please fue creado por Lucas Pope en solitario. Comenzó su desarrollo en noviembre de 2012 y salió a la venta en Steam (la versión final) el 8 de Agosto de 2013, con un precio de 8,99€.
Lucas Pope trabajó para el conocido estudio (sobre todo para usuarios de PlayStation) Naughty Dog, responsable de juegos como Crash Bandicoot, la saga Uncharted (en la que trabajó el propio Lucas Pope) o el reciente y aclamado The Last of Us.


Lucas Pope

  Al terminar con Naughty Dog decidió dedicarse a programar videojuegos en solitario, presentándose a eventos como Ludum Dare, una competición en la que se debe programar el juego en 48 horas, donde creó The Republia Times, un juego muy sencillo en el que asumimos el rol de un editor de un periódico afín a un régimen político que debe seleccionar las noticias que más convenga mostrar en los titulares para que el pueblo llano las lea. Veremos guiños sobre elementos de este juego en Papers, please.

Por cosas como ésta, en mi opinión, el punto fuerte de Lucas Pope son las ideas. De modo que le seguiré la pista…



*Para ampliar la información pueden visitar la página del propio Lucas Pope
La página de Papers, please
Algunas reseñas más amplias del juego:
Eurogamer
Vandal




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